Alimentación Personas Mayores
La malnutrición y los malos hábitos en la alimentación en las personas mayores afectan a la salud física y mental. Éstos tienen unas necesidades nutritivas que cubrir impidiendo así, la llegada de muchas enfermedades.
Estos trastornos se dan con mayor frecuencia en mujeres. Muchas veces fomentados por estereotipos sobre los cánones de belleza del cuerpo femenino. Un estigma social que aún cuesta romper, pudiéndose desencadenar una depresión.
El deterioro físico y mental propio del proceso de envejecimiento, la transformación del cuerpo y el estrés producido por eventos traumáticos que causan mucho dolor (como el fallecimiento de un ser querido, la emancipación de los hijos, la jubilación…), supone un torbellino de emociones difíciles de gestionar, y que acaban produciendo conductas erráticas.
Los TCA (Trastornos de Conducta Alimentaria) son alteraciones de la salud mental, que por supuesto también afectan a la tercera edad. Los mayores pueden haber sufrido este tipo de trastornos en su juventud, pero no haber recibido ningún tipo de tratamiento. O pueden haberlo tratado y remitido, pero vuelve a aparecer en la edad adulta. O haber aparecido por primera vez, cuando ya tienen una edad avanzada, debido a algún suceso estresante en sus vidas.
Estos trastornos psicológicos suelen aparecer por una preocupación excesiva por el aspecto o la imagen física de sí mismos. El propio proceso de envejecimiento, conlleva que la musculatura se debilite, los huesos pierden resistencia, la piel se reseca formándose arrugas… Todos estos cambios físicos provocan una serie de complejos que destruyen la autoestima de la persona mayor, sumiéndola en una depresión.
TIPOS DE DESORDENES ALIMENTICIOS.
- Hiporexia o desnutrición
La persona mayor va perdiendo el apetito de forma progresiva, al perder el interés por los alimentos al no poder saborearlos, provocando una perdida de peso considerable. Afecta mayoritariamente a los mayores de 80 años que se sienten solos, tienen una baja autoestima o su estado de salud se encuentra muy comprometido. Las consecuencias pueden llegar a ser gran gravedad, si se produce una desnutrición, provocando una serie de infecciones. Por esta razón es importante, que los cuidadores conozcan los platos favoritos de la persona mayor, realizar más tomas diarias, pero de menor cantidad, aunque con mayor aporte calórico.
- Anorexia nerviosa
La persona mayor con este trastorno de la conducta alimentaria tiene una idea desfigurada de su cuerpo. Se ve con más peso del que realmente tiene si se mira a un espejo. Empieza a aborrecer su imagen hasta tal punto de llevar a cabo una restricción de la ingesta de alimentos extrema. Esta perdida de peso extrema, pude llevar a un estado de desnutrición y deshidratación muy grabe. Es de vital importancia, que los cuidadores acompañen a la persona mayor en cada comida para vigilar su conducta, observar su estado de ánimo, llevarlos a terapia psicológica para chequear su salud mental y garantizar la correcta administración de la medicación (en caso de que fuese necesaria.
- Bulimia nerviosa
Este desorden alimenticio es mucho más radical que la anorexia nerviosa. La persona mayor no se siente a gusto con su cuerpo y lucha para conseguir la imagen deseada a costa de lo que sea, ya sea vomitando o tomando laxantes después de comer para eliminar la mayoría de alimentos ingeridos.
- Trastorno por atracón
Este desorden es radicalmente opuesto a los anteriores. Es tal el el grado de ansiedad, que se produce una conducta compulsiva por ingerir alimentos en grandes cantidades y a deshora. Esto provoca un aumento notable de peso que conlleva consecuencias en la salud del anciano como el debilitamiento de los músculos y los huesos. Un estado ansioso que puede conducir al sobrepeso o incluso, a la obesidad. Pues, el aumento del apetito unido al sedentarismo puede generar esta condición física.
SIGNOS DE LOS DESORDENES ALIMENTICIOS.
Algunos signos generales que pueden avisarnos de una conducta extraña con la comida por parte de la persona mayor a la que cuidamos, pueden ser los siguientes:
- Hipersensibilidad al frío.
- Pérdida o aumento rápido de peso.
- Incremento de la grasa corporal o por el contrario, presenta una apariencia física desnutrida.
- Caída descontrolada de pelo.
- Da escusas para no comer.
- Acude usualmente al baño después de cada comida.
- Huye de los planes relacionados con la comida.
- Experimenta transformaciones de conducta.
- Negativismo.
Desde Cuidamos Mundi, estamos muy concienciados por la salud mental de nuestros usuarios y usuarias. Nuestro cuidadores/as son profesionales capacitados para atender a personas mayores dependientes con cualquier tipo de alteración de tipo emocional, cognitivo y/o comportamiento. No dudes en ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de escuchar tu caso y poder dar una respuesta profesional, humana e inmediata a tus necesidades.